El por qué de la posición de las teclas

El diseño de las viejas máquinas de escribir tenía un problema de hardware que no se resolvió de la mejor manera. El problema era que cuando se pulsaban rapidamente dos teclas que estaban próximas entre sí se quedaban enganchadas y tenías que desengancharlas a mano moviendo los sellos que llevaban grabadas las letras. Para solucionarlo, no se les ocurrió otra cosa mejor, que hacer una distribución de las letras de forma que las que se pulsasen juntas más frecuentemente (en inglés) estaban más lejos unas de otras. Esa forma de colocar las teclas se llamó y se sigue llamando QWERTY, por que esas son las primeras teclas que aparecen en el teclado.

Lamentablemente esta solución tiene un terrible problema y es que hace que los desplazamientos de los dedos a lo largo del teclado mientras escribimos sean lo más largos posibles, provocando que escribamos más lentos.

Posteriormente, este diseño se cogió para los teclados de ordenador únicamente para evitar trastornos a los que ya sabían escribir a máquina, aunque ya no tenía sentido colocar las teclas de esta forma.

Con la idea de reemplazar esta distribución por una más óptima, surgió la alternativa Dvorak para cada idioma, que usa la distribución de teclas óptima para escribir lo más rápido posible en tu idioma, ya que al contrario que en el teclado QWERTY las letras que se pulsan juntas más frecuentemente están más cerca. Por desgracia, esta idea no ha tenido mucho éxito, debido a que QWERTY está muy estandarizado y es muy difícil encontrar teclados Dvorak. La gente que usa los dos sistemas suele decir que no le supone un problema cambiar entre cada tipo de teclado, y que es como cambiar de idioma.

Lástima que no podamos ir al pasado y cambiar el diseño de la máquina de escribir por el teclado Dvorak inglés. De esa forma la humanidad se habría ahorrado una cantidad de tiempo incalculable escribiendo delante del ordenador.